Coreógrafa y escritora mexicana
- Obras: Ritmos indígenas de México, Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa...
- Campos: Coreografía y escritura
- Nombre: Francisca Ernestina Moya Luna
Nellie Campobello Morton nació el 7 de noviembre de 1900, en Villa Ocampo, Durango, México.
Su nombre artístico parece que fue tomado de una perra, mascota de su madre, llamada Nellie, y el de Campobello de su padrastro, Jesús Campbell Morton.
Además de Villa Ocampo, residió en Parral, en la ciudad de Chihuahua y en Laredo, Texas.
En 1923, tras la muerte de su madre, la familia se mudó a Ciudad de México, donde cursó estudios en una escuela inglesa, recibió clases de ballet y se relacionó con artistas e intelectuales.
En 1928, editó su primer libro, un volumen de poesía titulado Yo, versos por Francisca, que fue reeditado por el doctor Atl al año siguiente.
Gracias a su formación como bailarina de ballet, en 1930 ingresó a la sección de Música y Bailes Nacionales de la Secretaría de Educación Pública.
Fundadora de la Escuela Nacional de Danza en 1931, la dirigió durante décadas.
El presidente Lázaro Cárdenas le encargó una coreografía en conmemoración de la Revolución Mexicana, y en noviembre de 1931, presentó el Ballet 30-30 en el Estadio Nacional.
En 1943, fundó el Ballet de la Ciudad de México.
Publicó Ritmos indígenas de México (1940), en colaboración con su hermana mayor, Gloria Campobello, quien llegó a ser considerada la primera bailarina de México.
Sobre la Revolución Mexicana, escribió Cartucho, Relatos sobre la lucha en el norte de México (1931); Las manos de mamá (1937) y Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940).
Estuvo desaparecida desde 1986 hasta 1999; tras investigarse, se supo que murió el 9 de julio de 1986 en el municipio de Progreso de Obregón, estado de Hidalgo, donde fue enterrada.
Sus últimos dos años de vida permaneció secuestrada por Claudio Niño Cienfuentes y su esposa, María Cristina Belmont, exalumna de Campobello, quienes, valiéndose de su vejez y ausencia de herederos directos, la obligaron a firmar un testamento para cobrar su pensión.
Tras exhumarse sus restos, le organizaron un homenaje póstumo en el Palacio de las Bellas Artes el 27 de junio de 1999, siendo trasladados a su ciudad natal, Villa Ocampo, donde el gobierno estatal le hizo un monumento en su honor y la declaró Hija Distinguida de esta localidad.